Salto Ángel, majestuoso espejo de agua que desciende desde el cielo, danzando al compás de la naturaleza selvática venezolana. ¡Un canto a la belleza indomable!
Tras mi paso por la bella Caracas y la magia de «Los Roques», comencé a planificar e investigar para lo que sería mi próxima aventura por el hermoso país Venezuela. El Parque Nacional Canaima, el hogar de una de las joyas naturales más impresionantes de la Tierra: el Salto Ángel, la cascada más alta del mundo.
Maravillas por descubrir en el Parque Nacional Canaima
Ya con la logística en marcha—transporte, alojamiento y guías—partí, con un grupo de turistas, hacia el corazón de Venezuela, un lugar donde me esperaba una de las vivencias más significativas de mi vida.
Algunas experiencias trascienden las palabras, y esta es, sin duda, una de ellas. A pesar de la dificultad, me esforzaré al máximo para compartir con ustedes esta asombrosa vivencia.
Durante el viaje, preparé mi mente y corazón para presenciar el espectáculo del Salto Ángel, una caída libre de agua de 979 metros de altura que desafía la gravedad y deja sin aliento a quién tiene el privilegio de presenciar tan hermoso evento natural.
Llegada al Parque Nacional Canaima
El avión descendía lentamente sobre la Laguna de Canaima, revelando un paisaje que parecía sacado de un sueño. Un mar verde esmeralda salpicado de pequeñas islas, rodeado por imponentes tepuyes que se elevaban hacia el cielo como gigantes de piedra. La bruma que los envolvía les daba un aire de misterio y majestuosidad, como si guardaran secretos ancestrales en sus entrañas.
Al tocar tierra, una sensación de paz y tranquilidad me invadió. Me encontraba en el corazón del Parque Nacional Canaima, un lugar remoto y mágico donde la naturaleza reinaba en su máximo esplendor. Inmediatamente caí en cuenta que las historias que había escuchado sobre este paraíso terrenal no le hacían justicia. La realidad superaba con creces cualquier expectativa.
En ese momento, supe que había llegado a un lugar especial que me tocaría el alma y me dejaría una huella imborrable. Canaima no era solo un destino turístico, era un portal a un mundo mágico donde la naturaleza y la espiritualidad se unían en perfecta armonía.
Entre Tepuyes y Saltos de Agua
Con el asombro clavado en mi rostro, me encuentro parado en la base de los imponentes tepuyes, esas montañas tabulares que se elevan majestuosamente sobre la selva venezolana, sintiendo la humedad del aire y el rugido de las cascadas a mi alrededor. Los tepuyes—que en la lengua aborigen pemón significa «morada de los dioses«—son las formaciones geológicas más antiguas del planeta, con unos 2 billones de años de antigüedad.
Alrededor del 65% del Parque Nacional Canaima, donde me encuentro, está ocupado por estas mesetas de roca. Estas montañas de mesa, con paredes verticales y cimas casi planas, constituyen un entorno biológico único y son también de gran interés geológico. Es aquí donde nacen los saltos de agua que se precipitan al vacío, siendo el Salto Ángel el más impresionante de todos ellos.
Mi estadía en el hotel Waku Lodge
Nos hospedamos en el Waku Lodge, un lugar que se merece un gran elogio de mi parte. Se trata de una posada ubicada a orillas de la Laguna de Canaima con los saltos Ucaima, Golondrina, Wadaima, y Hacha, en frente y las mejores vista a los imponentes tepuyes Kusary, Kurun, y Kuravaina.
Desde el momento de mi llegada, me sentí acogido por la calidez del lugar y la amabilidad de su anfitriona, Mary. El hotel, con su historia que se remonta a años atrás, ha sido cuidadosamente restaurado y adaptado con mucho esfuerzo, para ofrecer una experiencia sostenible y confortable a sus huéspedes.
Su compromiso con el medio ambiente se refleja en muchos aspectos, desde la construcción con materiales locales hasta la implementación de prácticas ecológicas en el manejo de residuos y el consumo de energía.
El cóctel de bienvenida, servido en un ambiente acogedor y rodeado de exuberante vegetación, fue un delicioso preludio a la experiencia que me esperaba. La vista desde el hotel es simplemente deslumbrante: una serie de majestuosas cascadas de agua rojiza que se precipitan hacia la Laguna de Canaima, creando un espectáculo natural sin igual.
Al caer la tarde, la magia del Waku Lodge se intensifica. Las fogatas se encienden, iluminando la noche con una luz cálida y creando una atmósfera de paz y armonía. Cada espacio del campamento está cuidadosamente diseñado para ofrecer un momento único de relajación y disfrute.
Kerepakupai Vená – El salto de agua más alto del mundo
Este salto nace en el Auyantepui, el tepuy que mayor superficie ocupa, con aproximadamente 700 Km². El nombre «Salto Ángel» es en honor a Jimmy Angel, un aviador estadounidense que en 1937 descubrió la catarata mientras buscaba una veta de oro.
Pero para los indígenas Pemon, este lugar es sagrado y lo llaman «Kerepakupai Vená«, que significa «salto del lugar más profundo«.
Iniciando el viaje hacia el mágico Salto Ángel
La aventura al Salto Ángel comenzó desde el corazón del Parque Nacional Canaima, donde las aguas del río Carrao nos invitaban a emprender una travesía inolvidable. A bordo de una curiara, navegamos 20 minutos por el cauce serpenteante, dejando atrás la imagen de la Laguna de Canaima y adentrándonos en la espesura de la selva tropical.
Mientras más nos acercábamos, el camino era más escabroso y las corrientes extrañas fascinaban con su color rojizo. Tras cuatro horas de recorrido, entre navegar y andando a pie, llegamos a isla Ratón, desde donde ya se puede apreciar la majestuosidad de la cascada. Aprovechamos cada parada para inmortalizar en fotografías tanta belleza y capturar esa mezcla de sentimientos encontrados que a todos nos embargaban: nervios, asombro, adrenalina, poder, amor, gratitud…
Un lugar de impresionante belleza y majestuosidad
Con el corazón rebosante de emoción, iniciamos la caminata hacia el mirador LAIME, un ascenso de una hora y media a través de un sendero que serpenteaba entre la vegetación exuberante. Cada paso nos acercaba más a la majestuosidad del salto, y la energía del lugar se intensificaba con cada metro recorrido. Finalmente, la bruma y el rugido del agua nos anunciaron su imponente presencia.
Al llegar al mirador, la recompensa fue indescriptible. Ante mí se extendía la inmensidad del Salto Ángel, una cortina de agua que caía desde 979 metros de altura, creando un espectáculo natural sin precedentes. El sonido del agua golpeando las rocas era ensordecedor, pero a la vez armonioso, como una sinfonía interpretada por la naturaleza.
La sensación de estar tan cerca de este coloso de la naturaleza era indescriptible: una mezcla de admiración, respeto y profunda conexión con la fuerza primordial de la vida.
Jacuzzis naturales en Roraima
No culminamos nuestro paseo por el Parque Nacional Canaima, sin antes visitar los hermosos y espectaculares Jacuzzis naturales del Roraima y los más antiguos del mundo. Estos son: el Jacuzzi Roraima, ubicado en la cima del monte con el mismo nombre y el tepuy «mundo perdido«.
Lo que encontré y me llevo dentro
Luego de haber tenido el privilegio de experimentar este gran momento en mi vida, he podido comprender que el Salto Ángel es mucho más que la cascada más alta del mundo, es una experiencia transformadora.
Allí, paralizado en medio de aquella representación de la fuente creadora, experimenté un despertar que me cambió la vida para siempre. Aprendí lo verdaderamente importante de nuestra existencia y que la auténtica felicidad no se encuentra en la fama, el poder, ni el dinero… ¡Se encuentra en la conexión con la naturaleza y con uno mismo!
No te pierdas de vivir tan mágica experiencia
Te animo a poner intención en ser uno de los privilegiados en vivir esta gran aventura. Emprende el viaje hacia el corazón del Parque Nacional Canaima y descubre la magia del Salto Ángel. Te sentirás tan pequeño ante la majestuosidad del salto, pero a la vez infinitamente empoderado y conectado a la fuente de toda existencia y con todo lo que te rodea.